Hoy ha sido un día especial, de esos que se quedan grabados en la memoria. No solo porque ha sido mi primera carrera de Trail, sino porque he tenido el privilegio de correrla acompañado de la asociación Ezina Ekinez Egina, un grupo que hace posible que personas con diversidad funcional disfruten de la montaña y del deporte como cualquier otra persona.
En esta ocasión, recorrimos los 12 km del Trail corto de la Artxanda Urban Trail junto a Unai Vizcaíno, y el crono pasó a un segundo plano. El verdadero objetivo no era la marca personal, sino la experiencia compartida, el trabajo en equipo y la emoción de superar cada kilómetro juntos.
El trail más especial
Si algo caracteriza al Trail running es su capacidad de conectar con la naturaleza y con uno mismo. Pero cuando corres con una persona como Unai y con un equipo como el de Ezina Ekinez Egina, la conexión va mucho más allá. Desde el primer metro hasta la línea de meta, el compañerismo y el esfuerzo colectivo marcaron la diferencia.
Cada tramo tenía su desafío: subidas exigentes, bajadas técnicas y algún que otro obstáculo inesperado. Hemos tenido que cruzar hasta un río! Pero con organización, comunicación y apoyo mutuo, fuimos superándolos uno a uno. En los momentos más duros, cuando las piernas pesan y la fatiga se acumula, el ánimo del equipo y la energía de Unai nos empujaban hacia adelante.
Cuando correr es mucho más que un deporte
A veces nos obsesionamos con los tiempos, los ritmos y los entrenamientos, pero días como hoy recuerdan que correr también es compartir, disfrutar y superar retos juntos.
La actividad física ha demostrado ser una herramienta poderosa para la inclusión social y la mejora del bienestar. Estudios como los de Martin Ginis et al. (2017) -A systematic review of review articles addressing factors related to physical activity participation among children and adults with physical disabilities- resaltan los beneficios del deporte adaptado en la calidad de vida de las personas con diversidad funcional, mejorando su autoestima, su autonomía y su salud en general. Y no solo es positivo para ellos: todos los que participamos en experiencias como esta salimos enriquecidos.
La meta y lo que queda después
Cruzamos la línea de meta con la satisfacción de haber completado el recorrido, pero lo más importante fue la sensación de haber sido parte de algo grande. No importaba la distancia, el tiempo o el desnivel. Importaba la sonrisa de Unai al llegar, la sensación de equipo y la emoción de saber que, con un poco de ayuda, cualquier reto se puede superar.
Si alguna vez tienes la oportunidad de vivir una experiencia así, no lo dudes. Porque correr es mucho más que poner un pie delante del otro: es avanzar juntos.
Un secreto
Muchos pensaréis que la ayer fue mi primera carrera, pero no es así!
Mi verdadera primera carrera fue hace unos 35 años, en Bermeo, cuando aún estaba en la ikastola. No sé ni cuántos kilómetros fuero. Tengo algún vago recuerdo, pero esta foto y las risas con mi amigo Iker me trasladan a aquel día de primavera en donde las piernas nos pesaban un quintal, los calambres me hicieron parar un par de veces y donde un señor me dio un sobre de azucar en el final de la carrera, jajaja! Sólo tenía ganas de terminar y a poder ser no ser el último
Quién me iba a decir a mi que, muchos muchos años después, volvería a sentir algo parecido en un trail, pero con una historia y un propósito completamente distintos.