SALIR A CORRER Y ACABAR CON DOLOR... AHÍ ABAJO
Lo que nadie te cuenta sobre molestias testiculares y las ganas de mear
No, no es broma.
¿Por qué nos duelen los h* después de correr?
Hablemos claro sobre algo que muchos pensamos, pero pocos nos atrevemos a comentar en voz alta. En mi caso, lo he hablado abiertamente con varios amigos runners e incluso con mi fisio, porque no es que haya encontrado mucha información al respecto en internet.
Es un tema que a veces se suelta con risa nerviosa, con miedo al qué dirán y otras, simplemente se deja pasar… hasta que el dolor vuelve a aparecer.
A mi me ha pasado un par de veces y el tema es que he notado alguna molestia testicular y en la zona pélvica (sí, los hombres también tenemos de eso) después de hacer tiradas largas.
Que sepas que no estás solo, no estás exagerando y tampoco tiene por qué ser grave.
He encontrado varias posibles explicaciones a nuestra rayada de cabeza, y muchas de ellas tienen más sentido de lo que pensamos.
¿Es normal que me duelan?
Lo primero: sentir una molestia leve y puntual no es normal, pero no siempre es algo grave y tampoco hay que ignorarlo.
Aunque no es un síntoma frecuente en la literatura deportiva, el dolor testicular tras correr o hacer ejercicio intenso, especialmente si va acompañado de una sensación de presión pélvica, más ganas de mear o dificultad para retener la orina, puede estar relacionado con varios factores, algunos más banales y otras que conviene revisar si persisten:
1. Microimpactos repetitivos y movimiento excesivo
Aunque no lo parezca, correr implica una vibración constante en toda la zona pélvica. Si la ropa interior no sujeta bien o si el pantalón roza más de la cuenta, ese microtrauma repetido puede causar dolor o sensibilidad que derivan en molestias al terminar el entrenamiento, sobre todo después de carreras largas.
Solución práctica: usar ropa interior técnica, de ajuste medio o alto, sin costuras duras.
2. Tensión en músculos cercanos (pubis, abdomen, aductores)
El sistema muscular está interconectado. Una mala pisada, fatiga en la cadena posterior o rigidez en el psoas puede generar una tensión que se irradia hacia el área testicular, incluso sin que haya un daño real en esa zona.
El suelo pélvico también se fatiga. Si los músculos de esa zona están contracturados o disfuncionales (algo cada vez más estudiado en corredores), puede generar dolor reflejo en testículos, sensación de presión o ganas frecuentes de orinar, incluso sin infección
Consejo: vigila la técnica de carrera, trabajar la movilidad pélvica y la fuerza del core. A veces, no es el testículo el que duele directamente, sino algo cercano.
3. Hernia inguinal leve
Una causa menos frecuente, pero real. Puede comenzar como una molestia sorda que aparece al correr o al hacer fuerza. Hay casos en los que el dolor o la sensación de pesadez se debe a una pequeña hernia en la ingle, especialmente si va acompañada de molestia al toser o levantar peso.
Cuidado: si el dolor es persistente o va acompañado de un pequeño bulto en la ingle, conviene ir al médico.
Menos mal que no es mi caso.
4. Hidratación inadecuada
Una deshidratación leve, combinada con sudor, calor y fricción, puede irritar tejidos sensibles como el tracto urinario, la piel del escroto o los testículos.
Importante: ducha rápida post-entreno, ropa limpia, y usar vaselina deportiva en zonas de roce, además de cuidar tu hidratación intra-entreno.
5. Rozaduras o compresión por ropa o calzado inadecuado
Una compresión excesiva por ropa interior o pantalones técnicos también puede afectar al retorno venoso o al sistema urinario, provocando molestias testiculares y necesidad frecuente de orinar.
Solución práctica: utilizar ropa interior técnica, sin costuras y con buena sujeción, ayuda a prevenirlo.
6. Prostatitis leve o irritativa (no infecciosa)
A veces, correr muchas horas puede causar una leve inflamación o irritación prostática (sin infección), que puede generar molestias en la zona testicular o pélvica, sensación de peso, aumento del número de micciones o urgencia urinaria.
Es común en deportes de impacto prolongado, como correr o en el ciclismo donde se pasan muchas horas sentado sobre el sillín.
¿Y si además tengo más ganas de orinar?
Si además del dolor testicular notas que tras correr (o incluso durante) te entran más ganas de orinar o te cuesta aguantar sin ir al baño, incluso si no has bebido mucho, no estás solo.
¿Tiene que ver con lo anterior? En parte sí.
Es un síntoma que algunos corredores experimentan, y puede tener varias explicaciones razonables similares a las del dolor testicular:
1. Irritación de vejiga o uretra.
Durante una carrera larga, sobre todo en terreno duro o con ropa muy ajustada, la vibración constante de la zona pélvica puede provocar una ligera irritación en la vejiga o la uretra. Esto puede traducirse en una sensación de “vejiga llena” aunque no lo esté del todo, o una necesidad más urgente de orinar.
2. Suelo pélvico en tensión.
El suelo pélvico también trabaja cuando corremos. Y si está contracturado, debilitado o no se relaja del todo bien, algo común en deportes de impacto como el running, puede alterar las señales entre la vejiga y el cerebro.
En otras palabras, podrías tener la sensación de que necesitas ir al baño sin que realmente sea así.
3. Inflamación prostática leve.
En ciertas actividades físicas donde el impacto es repetido y la tensión muscular prolongada se puede generar una inflamación no infecciosa de la próstata (prostatitis irritativa).
No es algo grave, pero puede dar síntomas como presión en el bajo vientre, dolor difuso, molestias testiculares y más ganas de orinar de lo habitual.
4. Hidratación mal ajustada.
Beber en exceso antes de correr (para prevenir calambres, por ejemplo) puede hacer que tengas que orinar antes de lo previsto y que fuerces la vejiga. Pero también puede pasar lo contrario: si no te hidratas bien, la orina se concentra y puede irritar las vías urinarias, provocando una sensación de tener que ir al baño con más frecuencia.
¿Cuándo preocuparse?
La mayoría de estas molestias son transitorias y mejoran con cambios simples: ropa adecuada, mejorar técnica, estiramientos, revisión postural, etc.
Busca ayuda médica si el dolor es:
Intenso y aparece de forma súbita
Persistente, incluso en reposo
Acompañado de inflamación, enrojecimiento, sangre en la orina, escozor al orinar o fiebre
Si hay antecedentes de varicocele, orquitis o traumatismo previo
Una evaluación por un profesional sanitario (médico de atención primaria o urólogo) mediante una analítica y una ecografía suelen ser suficientes para descartar problemas mayores como torsión testicular, infecciones o problemas vasculares.
¿Y qué dicen los estudios?
Aunque hay pocos estudios específicos en corredores recreativos, sí hay evidencia (por ejemplo, en artículos publicados en British Journal of Sports Medicine) de que el estrés mecánico repetido y la fatiga muscular abdominal pueden provocar molestias referidas a la región testicular, especialmente en deportes de impacto, al inflamarse el nervio ilioinguinal.
Mi consejo
Si algo tiene que doler tras una tirada larga, que sean las piernas… no otra cosa. No dejes pasar el dolor, pero tampoco te asustes de primeras.
No eres raro por tener molestias en los testículos al correr y tampoco por notar más ganas de orinar tras una sesión larga.
Haz una revisión de tu equipo (ropa, calzado, tipo de entreno), valora tu postura al correr y escucha tu cuerpo. A veces, ajustar un detalle como cambiar la ropa interior técnica o mejorar tu movilidad puede marcar la diferencia.
Hidrátate de forma adecuada, pero no en exceso antes de salir. Y si el dolor se repite o te genera preocupación: consulta. No hay que aguantar por aguantar. Una ecografía escrotal y una revisión urológica pueden aclarar si hay alguna causa médica concreta (hernia, varicocele, irritación prostática, etc.)